Introducción
En las ciudades, entidades urbanizadas que concentran un número creciente de habitantes,
se desarrolla una cantidad importante y cada vez mayor de actividades que tienden
a generar una diversidad de demandas en la población. La necesidad de solucionarlas
contempla el uso de tecnologías que a su vez producen otro tipo de problemas causados,
entre otras cosas, por el aumento del tráfico, del parque vehicular y de la necesidad
de trasladarse.
El crecimiento de las ciudades va muy aparejado con la evolución del tráfico vehicular,
en tanto que este último representa el modelo de movilidad principal de la población
dentro de ellas. A este hecho se aúna que para hacer posible dicha movilidad, es necesario
que se establezcan las vías de comunicación: caminos, carreteras y vías férreas, entre
otros. El problema del aumento en la demanda de los traslados trae consigo la “necesidad”
aparen te de crecer el número de vialidades y de vehículos, lo que a su vez se refleja
a lo largo del tiempo en un impacto al que conocemos como contaminación ambiental.
La contaminación ambiental incluye uno de los problemas menos apreciados a lo largo
de la historia: el ruido, reconocido ahora como uno de los contaminantes con mayor
impacto en las ciudades, con efectos en la salud física y mental de los habitantes.
Hoy el ruido ambiental urbano es el contaminante que molesta a más personas en sus
vidas cotidianas (Stewart, 2011).
Ante el crecimiento de las grandes ciudades, la planificación urbana resulta necesaria
por su
cometidodemejorar sobre todo el funcionamiento y los aspectos ambientales de las
mismas; sin embargo, esto no ha sido totalmente así; generalmente los aspectos
económicos y de intereses políticos quedan por encima de lo deseado y muchas veces
son causantes de problemas ugrbanos significativos.
Señalados esos determinantes, este trabajo aborda concretamente el problema del impacto
que el crecimiento urbano ha tenido en el ruido ambiental por tráfico vehicular (rodado
y ferroviario) en la Delegación Azcapotzalco, a partir del análisis de cinco mapas
de la localidad que datan de 1899, 1929, 1942, 1973 y 2010, respectivamente. El análisis
se ha centrado en definir las características de la estructura urbana, precisar las
vialidades, conocer el tipo de vehículos para cada época y estimar aforos para la
definición de los niveles sonoros a partir del aná- lisis de fotografías, donde se
muestran vialida- des con los vehículos del momento. Así, se han desarrollado modelos
tridimensionales para la construcción de mapas de ruido por cada época y de esta forma
se han comparado y determinado las diferencias y las áreas cubiertas por este tipo
de ruido.
Se inicia con una descripción del crecimiento urbano de Azcapotzalco a partir de las
etapas antes mencionadas, desde un enfoque de planeación urbana. Se prosigue con una
serie de consideraciones de tipo teórico y metodológico acerca del ruido ambiental
y el crecimiento urbano en Azcapotzalco. Posteriormente se realiza la descripción
cartográfica de cada plano y el mapa de ruido correspondiente para cada uno de los
años analizados. Se continúa con una discusión acerca de las condiciones de ruido
ambiental generado por tráfico vehicular, para cada época, con base en el impacto
del crecimiento urbano, y se finaliza con las conclusioes del estudio.
El cambio de lo rural a lo urbano
Si bien la importancia de Azcapotzalco es manifiesta con la misma fundación de lo
que se convertiría en la ciudad de México, por haber sido uno de los asentamientos
que existían a la llegada de los tenochcas, o como uno de los pueblos importantes
durante la colonia, por el proceso de urbanización generado con los fraccionamientos
de principio de siglo, al igual que toda la región, fue alcanzado por el proceso seguido
por la ahora Zona Metropolitana del Valle de México, cambiando en ese proceso su carácter
de espacio eminentemente agrícola, al enclave industrial más importante de la ciudad
hasta entrada la segunda mitad del siglo XX, y ahora en un espacio aún industrial,
pero con implantes comerciales y de servicios especializados.
Y en efecto, el crecimiento urbano de la delegación Azcapotzalco tiene una base histórica
que
nos muestra que se experimentó una evolución muy importante en esta demarcación
desde sus orígenes en el 1500 a. de C., conformada entonces con pequeñas aldeas
de
tipo agrícola, pasando por la influencia de Teotihuacán y posteriormente la
fundación formal de Azcapotzalco en el siglo XII, convirtiéndose en un señorío
tecpaneca para el siglo XIV. Durante la colonia, la Villa de Azcapotzalco se había
conformado, a partir de los calpullis mexicas, en 27 barrios los cuales en su
mayoría aún subsisten (Gaceta, 2008). De tal
manera que como efecto del crecimiento de la ciudad de México, ya a finales del
siglo XIX Azcapotzalco había adquirido la categoría de municipalidad e inicia
así el
crecimiento urbano moderno de la localidad con la aparición de villas de descanso,
modernización de vialidades, introducción de transportes forma que la población
creció desde poco más de diez mil habitantes hasta cerca de medio millón en la
primera década de este siglo.
De esa historia debe rescatarse que conforme al censo de 1895, Azcapotzalco alojaba
a 12,065 habitantes, cuando el conjunto del Distrito Federal agrupaba 476,413 (SAGARPA, 2014); en ese contexto, y de acuerdo al Programa Delegacional de Desarrollo Urbano para
la Dele - gación Azcapotzalco (2008) en ese entonces “prosperaban las haciendas de
San Pablo de Enmedio, San Antonio, Clavería y Careaga o del Rosario; y los ranchos
de Amealco, San Rafael, San Marcos, Pantaco, San Isidro y Azpeitia” y que en las postrimerías
del siglo XIX “se comienzan a construir quintas y casas de campo a lo largo de la
Calzada México-Tacuba y en los alrededores del pueblo, proceso que antecede la creación
de los primeros fraccionamientos y colonias de la delegación” (Gaceta, 2008).
En esa dinámica, en el siglo XX se establecieron fraccionamientos para clases medias
y
obreras, por no alcanzar a comprar en las nuevas colonias Juárez, Roma y Condesa;
de
ahí la aparición de colonias como el Imparcial (1905), Zimbrón (1906), Obreros
de la
República (1906), y Ampliación de la colonia Imparcial en los terrenos de la
hacienda de San Antonio Clavería (1910) (Jiménez,
1993:41) (Figura 1). Había que
imaginar el ambiente de Azcapotzalco, si se considera que de acuerdo a los cronistas
en esos años abundaban los huertos y los alfalfares, así es que imaginemos lo
sonidos generados por esa concentración de actividades y de población: el canto
de
pájaros, el chocar del agua de los ríos, el paso del viento entre los árboles,
el
paso de los pocos automotores que por ahí se desplazaban y de los ferrocarriles.
Figura 1

Por supuesto, la nuevas colonias implicaron la apertura de nuevas calles, y avenidas
y también se generaban cambios en las formas productivas y en los roles sociales,
las cuales se modificarían con el advenimiento de la Revolución y con el proceso de
urbanización sostenido por el municipio de México al recibir más actividades y población.
Y cierto, la Revolución y la idea de industrializar al país sustituyendo importaciones,
afectó al municipio de Azcapotzalco al integrarlo a la ciudad, a causa de su localización
al noroeste y su conexiones con el ferrocarril, y por supuesto, al crecer actividades
y población.
Siguiendo con más situaciones que perfilan al municipio como un espacio urbanizado,
de acuerdo al censo elaborado por el Departamento de Estadística Nacional, en 1921
Azcapotzalco tenía 16,669 habitantes, y estaba conformado territorialmente por una
villa, rodeada de haciendas, ranchos y algunas fábricas; por supuesto esas características
y su correlación con actividades desarrolladas por ésta, no era muy significativa,
si se considera que el Distrito Federal en ese mismo año agrupaba 906,063 habitantes
no obstante el efecto de la atracción ejercida por la ciudad obligó un proceso de
urbanización que integró al municipio y ya como delegación (1929) a la ciudad, a partir
de que se empezaron a localizar en su territorio industrias afines de los años veinte.
Lo anterior, a pesar de haberse desplegado esfuerzos que intentaron dar orden al crecimiento,
como lo prueba, por ejemplo, el Reglamento de Planificación y Zonificación de
Azcapotzalco en 1928, donde con la perspectiva de “lograr hacer de Atzcapotzalco
una
ciudad moderna y planificada” el licenciado Gabriel Ferrer de M., regidor de ese
Ayuntamiento, puso a consideración del H. Cabildo el Proyecto de Reglamento -el
cual, según en una crónica de la revista Planificación, fue
aprobado-, y el que con sus 22 artículos buscaba normar el desarrollo de esa
municipalidad, destacando el artículo 7º, el cual otorgaba el derecho de propiedad
del Ayuntamiento sobre terrenos, así como la prohibición a particulares para
emprender obras de reparación sobre edificios destinados a “desaparecer”, y el
12,
donde se señalaban las zonas donde se proponían reservas, a la vez que
alineamientos, situaciones que quedaron señaladas de la siguiente manera:
“I. Prolongación al poniente de la calle de la Capilla hasta la vía del F.C. Nacional,
en una anchura no inferior a siete metros. II. Prolongación al oriente de la calle
del Porvenir hasta el camino que conduce al barrio de Santo To - más, en una anchura
no inferior a siete metros. III. Prolongación al poniente de la calle del Porvenir
hasta el Camino Nacional a Puente de Vigas, en una anchura no inferior a siete metros
[...]. V. Prolongación al norte de la al Jardín Independencia. VII. Reserva del Terreno
irregular situado en el cruzamiento de las calles de Tepanecos y Belisario Domínguez,
adosado a la Parroquia, para la Escuela Primaria Superior de Niñas. VIII. Reserva
del terreno denominado “La Posta”, situado entre el atrio parroquial y la calle de
Morelos, para la ampliación del Palacio Municipal [...]. XIV. Ampliación de la calle
de San Lucas y alineamiento de la banqueta sur situada frente al costado de la Iglesia,
hasta la Avenida Pino Suárez, reservando el espacio descubierto a jardín o mercado
[...]. XX. Reserva de dos fajas de 15 metros de anchura cada una, a cada lado de la
vía del antiguo F.C. Central, para boulevard [...]. XXXIII. Rectificación y ampliación
de la Calzada de Camarones, desde el barrio de Santa María hasta el Puente de los
Gallos, en una anchura de 32 metros. XXIV. Ampliación y prolongación de la calle que
pasa frente a la Escuela de San Salvador Xochimanca hasta la calle de Roma, Colonia
de San Álvaro, municipalidad de Tacuba [...]” (Ferrer, 1928).
En la figura 2 se muestra el Palacio Municipal construido en 1891, antes de su ampliación en el año
1929, como se menciona en la cita anterior.
Figura 2
Antiguo palacio municipal de Azcapotzalco en 1929.2

Del Reglamento también destacaba el artículo 13, al dividir a la municipalidad en
tres zonas, a saber: comercial, residencial y agrícola. La zona comercial quedaba
comprendida dentro del perímetro que partía del Puente del Zacate, tomaba calles de
la Esperanza hasta Belisario Domínguez para continuar hasta la Plazuela Rocha, continuando
a la derecha hasta las calles de Libertad, la Industria y Cuauhtémoc hasta la Plazuela
y Puente del Zacate (artículo 14). Siguiendo con lo mismo la zona residencial se fijó
con límites:
“Al norte la calle de Santos Degollado, prolongada al poniente hasta la vía del F.C.
y al oriente hasta la calle de San Marcos; al oriente, las calles de San Marcos, Ahuacatitla,
1ª. De Belisario Domínguez, Minerva, 22 de Febrero, el Recreo, la Floresta, comprendiendo
íntegras las Colonias Heraldo y Clavería; al sur, desde la Colonia Clavería siguiendo
las calles de Abisinia y 1ª. Y 2ª. de Primavera hasta la vía del F.C.; y al poniente,
desde el cruzamiento de Primavera y F.C. por toda la vía hasta su intersección con
la prolongación de la calle de Santos Degollado, comprendiendo la colonia Manuel Acuña
y excluyendo de este polígono la zona comercial” (Ferrer,1928).
La zona agrícola se situaba en el resto de la aún municipalidad. Debe destacarse que
el
Reglamento imponía a propietarios una serie de
obligacionesentrelasqueseencontraban:mantener limpias las zanjas de zonas agrícolas,
cuidar árboles bardear terrenos, además de no inducer actividades que contravinieran
el carácter de las zonas. Ya como delegación a partir de 1929, se intentó normar
su
crecimiento, por ejemplo con el Acuerdo por el que se declaraba “que las fincas
San
Pablo Amelco y Granja Casanueva, de Azcapotzalco, D. F.” estaban exentas de co
-
lonización (Diario Oficial , 8 de septiembre de 1933); sin embargo,
el avatar urbanizador prosi guió, y un elemento que fue determinante para su nueva
condición fue la búsqueda por afianzar la sustitución de importaciones, donde
por
supuesto, la ciudad de México era el mejor espa cio para absorber industrias.
Esa decisión intentó ser conducida por los causes de la planeación; el caso más destacado
fue la emisión del reglamento de las fracciones I, V y VII de la Ley de Planificación
y Zonificación del Distrito Federal, de manera que con el artículo 3º se delimitaron
usos del suelo para distinguir zonas habitacionales, comerciales y de negocios, industriales,
de recreo y de carácter oficial; y con el 4º se delimitaron once zonas industriales
que ya se empezaban a definir en la ciudad, correspondiente a la delegación de Azcapotzalco
la IX, misma que fue destinada a industrias en general, “con excepción a las que producían
emanaciones gaseosas y desechos sólidos nocivos” (Diario Oficial del 4 febrero 1941).
Dadas esas condiciones, el carácter industrial signado a la delegación atrajo nuevas
situaciones, como la localización de la Refinería 18 de Marzo, la estación de Pantaco,
la Zona de Ferrería, más industrias y una fuerte relación functional con el resto
de la ciudad, a la vez que, la expansión de nuevos elementos en la generación de ruido,
como lo eran las mismas industrias, los comercios, las estaciones del metro y los
paraderos que a su lado se situaron, el paso de pipas de los derivados del petróleo,
los ferrocarriles, autobuses, automóviles, el mismo bullicio de la gente, y una que
otra balacera entre fracciones de sindicalistas de Petróleos Mexicanos: una modernidad
expandida desde la ciudad había llegado la delegación, y junto a ella, la adquisición
de nuevos caracteres y problemas.
Es también, en este periodo de expansión industrial y comercial, que se planificaron
y construyeron nuevos proyectos de colonias con calles y camellones más amplios. Este
es el caso de la colonia Nueva Santa María y la parte oriente de la colonia Clavería;
en esta última, a pesar de ser más antigua, su desarrollo se había localizado al margen
de la Av. Azcapot zalco, para la construcción de casas de fin de semana. En la figura 3 se puede observar en la parte inferior derecha la nueva traza de la colonia Clavería
y en la parte superior derecha la colonia Nueva Santa María con el parque Revolución
al centro.
Figura 3
Vista aérea de Azcapotzalco en 1946. 3

El “ boom” de las unidades habitacionales que se generó a finales de la década de
1960 y principios de la de 1970 alcanzó el área de Azcapotzalco concretamente en la
Hacienda Careaga-Rosario, con la construcción de la unidad del Rosario -con proyecto
de Ricardo Legorreta-, que albergaría hasta 6,000 familias que junto con la unidad
Cuitláhuac y otras más completarían el paisaje urbano de la delegación (Connolly, 2010).
Azcapotzalco, de acuerdo al censo de 2010, tenía una población de 414 711 (INEGI,2010),
comparativamente baja si se le confronta con delegaciones como Iztapalapa o Gustavo
A. Madero, ambas con 1 185 772 y 1 815 786 respectivamente (INEGI,2010); enelpresente,
sucarácter industrial lo ha venido tornando a servicios y algunos de ellos especializados.
A lo anterior agréguese que en ese mismo 2010, la demarcación alojaba a 1,703 manufacturas,
34 tianguis, 19 mercados públicos, 67 oficinas postales, 72 sucursales de banca comercial
y 2 de banca de desarrollo, amén de la cantidad de vendedores ambulantes que pululan
en la delegación. Así mismo, estaban registrados 222,039 automóviles, 227,917 vehículos
de motor de otro tipo y 1,316 camiones de pasajeros, y como parte de las situaciones
productoras de ruido había que considerar que en 2007 se realizaban 540,314 viajes
diariamente, esto es, el 4.87% de los realizados en el Distrito Federal (IGESEM, 2007).
Sin lugar a dudas, por los nuevos caracteres de las actividades que aloja Azcapotzalco
en su territorio y por ser un punto de enlace del Estado de México con el Distrito
Federal, se desenvuelve como zona de estancia y de tránsito, con los consecuentes
problemas generados por esa condición. El Programa Delegacional de Desarrollo Urbano
para la Delegación Azcapotzalco reconoce una serie de problemas en vivienda, infraestructura
y movilidad, entre otros; no obstante, en el mismo se pueden leer como deseos para
la delegación, mostrarse como un:
Azcapotzalco moderno y vanguardista caracterizado por sus zonas industriales […] de
rancio abolengo, […] con cadenas productivas bien formadas, industrias no contaminantes
y servicios de apoyo a la actividad industrial de punta; así como una nueva área concentradora
de actividades en Ferrería, complementaria a la existente en el centro de Azcapotzalco.
Esta albergará servicios regionales aprovechando las características particulares
que se están gestando y que ofrecen una ventana de oportunidad excepcional para el
territorio Delegacional (como vialidad regional cercana y en proyecto de gran envergadura,
y el paso del Ferrocarril Suburbano de Pasajeros con una estación proyectada de abordaje
denominada Estación Fortuna), […] en un marco de Desarrollo Sustentable, en el cual
prevalecerán los Espacios Ordenadores cuya vinculación dependerá de la comunicación
a través de Corredores Urbanos, en los cuales deberán promoverse diversos Componentes
de la Estructura Urbana en los diferentes niveles, es decir, a nivel local, metropolitano
y regional (Gaceta , 2008).
Por supuesto los cambios generados a partir de los nuevos usos en la delegación como
obra de la postmodernidad que se vive, han modificado espacios y roles a partir de
la reutilización de antiguos espacios industriales o comerciales, como por ejemplo
la vieja zona industrial de Ferrería al noroeste de la urbe, donde se planteó la “ciudad
del conocimiento” de la cual desde los setenta alberga una universidad pública (UAM-A),
y en el presente una universidad privada, una plaza ocupada por oficinas, servicios
y comercios denominada Tecnoparque, la conversión de la estación el Rosario del metro
en un gran espacio comercial, un postmoderno espacio de espectáculos llamado la Arena
ciudad de México, más centros comerciales, entre otros. Nuevos espacios de ruido y
bullicio, que habrá que analizar y atender para lograr buenos espacios de vida.
Ruido ambiental y trafico vehicular
El espacio urbano con sus múltiples actividades, que en conjunto generan los distintos
ambientes de la ciudad, trae consigo una multitud de sonidos que generan ambientes
de diversa índole. Así, cuando un ambiente es tranquilo, se pueden diferenciar
las
fuentes sonoras, pero al aumentar el número de estas el ambiente cambia, llegando
a
volverse caótico cuando el conjunto de sonidos no permite separarlos para distinguir
entre ellos un sonido específico. El crecimiento de la urbe y la inclusión de
la
tecnología en la vida cotidiana, han contribuido al aumento en el número e
intensidad de las fuentes sonoras de forma descontrolada, llegando a saturar el
espacio público.
Cuando el ruido ambiental ha crecido tanto que impide que los habitantes de una ciudad
realicen actividades al aire libre o inclusive, dañe su salud, se habla de contaminación
acústica. Para dar seguimiento a este tipo de contaminación y evaluar el impacto que
tiene en la población, se han desarrollado herramientas como son los mapas de ruido,
que pueden indicar entre otras cosas, el área de exposición al ruido y los niveles
sonoros en zonas determinadas.
En ese contexto para analizar cómo es que el crecimiento urbano de la delegación ha
ido
transformando el ambiente sonoro a través del tiempo, resulta de gran utilidad
auxiliarse de los mapas de ruido. Sin embargo, los mapas de ruido no solamente
debieran utilizarse para sancionar el ruido ambiental, sino como monitores de
la
expresión sonora de una ciudad, situación que implica tomar en cuenta no solo
las
fuentes sonoras que tradicionalmente se consideran para evaluar la contaminación
acústica, como el tráfico vehicular, el ferroviario, el aéreo y la industria,
sino
que también todo tipo de fuentes sonoras ya sean comerciales, culturales y sociales.
Este tipo de mapas no son comunes en la actualidad ya que revisten un gran esfuerzo
a nivel de captura de datos, mediciones acústicas e inclusive registros sonoros.
Las actividades que se llevaban a cabo en el espacio público a principios del siglo
XX,
generaban un tipo de ambiente sonoro específico, por ejemplo:las carretas pasando
por una calle empedrada, el tranvía jalado por las mulas o el bullicio de los
vendedores de verduras, leche, tierra u otros productos, contribuían a identificar
también una hora o un día determinado, ya que el carácter temporal del sonido
así lo
permitía. La evolución de estas actividades y el aumento de la tecnología, desde
el
punto de vista de la movilidad, hicieron que este ambiente perdiera sonidos
característicos y agregara otros más, de tal forma que lo que se escuchaba en
la
calle a principios del siglo XX no puede compararse con lo que escuchamos en la
misma calle hoy en día.
En las figuras 4 y 5 se muestra el contraste entre las actividades y el uso que se le daba a una misma
vialidad, generando de esta forma ambientes distintos. La primera imagen tiene que
ver con el sonido de una banda militar, los caballos y el bullicio de aquellos que
marchaban al entrar al centro de Azcapotzalco por la avenida principal, y la segunda
con el motor de los automúsica de los comercios formales e informales por la misma
avenida, cien años después.
Figura 4
La escolta del Primer Jefe: al frente del coronel Francisco Manzo y del teniente coronel
Abelardo L. Rodríguez, llegando a Azcapotzalco, agosto de 1914 (Casasola,1973).

Figura 5
Vista actual de la Av. Azcapotalco

Este cambio de ambientes nos ubican en el tiempo, en los usos, las costumbres y tradiciones
de una población, la cual se identifica con un espacio determinado al vivir en él
día con día. De esta forma, los habitantes de la ciudad se han ido adaptando a los
nuevos ambientes sonoros que el espacio público ha sufrido, sin darse cuenta la mayoría
de las veces que los sonidos que eran característicos y formaban parte de la cotidianeidad
ya no se encuentran ahí. El crecimiento y desarrollo de nuevas vialidades, el incremento
del número de vehículos y la evolución del transporte público y el comercio, entre
muchas otras actividades, son las principales fuentes que han modificado el ambiente
sonoro.
Ante tantas fuentes sonoras posibles en distintas épocas y con el conocimiento de
que la fuente sonora que más incide en la contaminación acústica es la del ruido por
tráfico vehicular, se ha elegido a esta fuente como la que guíe este estudio a través
del desarrollo de mapas de ruido de la delegación Azcapotzalco en distintos periodos
del siglo XX, que es la etapa crucial del desarrollo de la planeación urbana en nuestra
ciudad y de la evolución tecnológica en materia de vehículos y transportes.
Con esos determinantes, para la construcción de los mapas de ruido de la delegación
Azcapotzalco se realizó una investigación de la cartografía existente en todo el siglo
XX; después del análisis de los mismos, se seleccionaron cinco periodos que representan
el crecimiento urbano de Azcapotzalco, mostrando en ellos la traza urbana, las haciendas,
los campos y los diversos tipos de vialidades que conectaban con los mu-nicipios y
delegaciones circundantes.
Los periodos seleccionados fueron: 1899, 1929, 1942, 1973 y 2010, y para el Desarrollo
de los mapas se tomaron en cuenta las vialidades principales y el ruido por tráfico
vehicular y ferroviario que en ellas se generaba, siendo éstas las principales fuentes
de ruido en el espacio urbano, que con el tiempo se han incrementado de manera considerable,
hasta predominar sobre los sonidos tradicionales que aún se pudieran conservar.
Si bien no se tienen datos concretos de aforos, registros o grabaciones sonoras de
espacios
urbanos específicos, se pueden realizar estimaciones para aproximar las condiciones
de ruido que se tenían en diferentes años con base en cartografía, datos históricos,
crónicas y fotografías; de esta forma, se construyeron los mapas de ruido que
se
presentan más adelante. Las fuentes sonoras que se simularon corresponden a
vehículos de distintos tipos:carretas, tranvía de mulas y tranvía eléctrico,
automóviles clásicos y actuales, y los trenes de vapor y diesel.
Hacia el año de 1900 el ruido generado en las vialidades principales de la delegación
se debía
principalmente a las carretas que llegaban al centro de Azcapotzalco (Figura 6) y al tranvía de mulas proveniente de
Tacuba con dirección al centro de Tlalnepantla y cuya estación se encontraba frente
al jardín Hidalgo (Figura 7). También el ruido
que se lograba escuchar cercano al centro de Azcapotzalco, era el del tren de
vapor
que pasaba por la ahora calle Ferrocarriles Nacionales y por la Av. Ceylan (Figura 8).
Figura 6

Figura 7
Tranvía de mulitas en Av. Azcapotzalco5

Figura 8

En 1904 el tranvía que iba de Tacuba a Azcapotzalco, que era de mulas, se sustituyó
por el tranvía eléctrico (Figura 9); a partir de esto, el primero fue solamente utilizado por la población de bajos
recursos, aunque en 1927 se prohibió el tránsito de estos vehículos por calles asfaltadas,
debido a que las ruedas de acero deterioraban el pavimento. El aumento de los nuevos
vehículos eléctricos en toda la ciudad competía también con los llamados “camioncitos”
que en 1920 llegaban a 700 unidades en toda la ciudad (Figura 10) ( SETRAVI, 2014). El auge del uso de automóviles también fue muy grande; sin embargo, solamente la
población con mayores recursos podía disponer de ellos con facilidad (Figura 11). De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte (IMT, 2008), para el año 1906
la cifra de autos registrados era de 800 en la ciudad de México y la velocidad que
alcanzaban era de 10km/h, con la particularidad de que el escape los hacía muy ruidosos.
Figura 9

Figura 10
Tranvía eléctrico y carro de pasajeros en la estación del Jardín Hidalgo en 1945.
(Connolly, 2010:58).

Figura 11

Para la década de 1940 los trenes de diesel empiezan a formar parte del paisaje sonoro,
siendo
éstos un avance en la tecnología, pero a su vez incrementando el ruido en el
ambiente por el tipo de motor con el que se movían. Un ejemplo de este tipo de
trenes se muestra en la figura 12.
Figura 12

Una vez determinado el tipo de vehículos que transitaban en cada época, se generaron
los modelos de simulación que incluyen la traza urbanizada de cada periodo y una aproximación
de las alturas de los edificios, el ancho de las vialidades con sus materiales, y
los niveles sonoros de cada una de las fuentes de ruido. Para llegar a la aproximación
de los niveles de ruido que cada vehículo emitía, se realizó un análisis de diversas
fuentes de ruido. La tabla 1 muestra los niveles sonoros finales que se aplicaron
al modelo de simulación.
A partir de los datos mostrados en el Cuadro I, se
realizó una estimación de los niveles continuos equivalentes (Leq),
es decir, el cálculo de la presencia de distintos niveles en decibeles (A) por
cada
una de las fuentes durante todo el día, ya que los datos mostrados en el Cuadro
I se
refieren a los niveles de presión sonora de la fuente a un metro de distancia
al
momento de estar funcionando, dado que en varios casos el paso de los vehículos
era
intermitente, sobre todo a principios del siglo XX. Los datos estimados de Leq
para
cada fuente se muestran en el Cuadro II.
Cuadro I
Niveles de presión sonora (dBA) de las fuentes utilizadas para modelar el mapa de
ruido.
Fuente sonora
|
Nivel de presión sonora (dBA)
|
Tren (Ögren,2006
|
80
|
Tranvía (Pallas, 2008)
|
75
|
Vehículos (LMS, 2014)
|
70
|
Carretas*
|
75
|
Cuadro II
Información de niveles sonoros Leq utilizados para modelar el mapa de ruido
Año
|
Tren (Leq)
|
Tranvía (Leq)
|
Vehículos en calle principal (Leq)
|
Vehículos en calle secundaria (Leq)
|
1899
|
60.6 dBA
|
67.7 dBA
|
61.9 dBA
|
-
|
1929
|
62.6 dBA
|
69.0 dBA
|
62.4 dBA
|
50 dBA
|
1942
|
62.6 dBA
|
72.0 dBA
|
65 dBA
|
50 dBA
|
1973
|
60.6 dBA
|
69.0 dBA
|
Estimación de aforos (SETRAVI, 2003)
|
2010
|
-
|
-
|
Aforos (SETRAVI, 2003)
|
|
En el caso de los mapas de ruido de 1899, 1929 y 1942 se tomaron en cuenta los valores
de Leq para cada fuente sonora; para el mapa de ruido de 1973 los valores Leqdel tren y el tranvía fueron estimados y en el caso de los vehículos en calles principales
y secundarias se realizó una aproximación de aforos con base en los obtenidos por
SETRAVI en el 2003; para el mapa de 2010 se tomaron en cuenta solamente los aforos
ob tenidos de SETRAVI en 2003, con la actualización de caminos y niveles sonoros generados
para el Primer Mapa de Ruido de la Zona Metropolitana del Valle de México (SMAGDF-UAM-A, 2011).
Cada uno de los modelos de simulación se desarrolló con la información hasta aquí
mencionada, mediante la utilización del software CadnaA®. Las siguientes secciones
muestran un análisis cartográfico del plano que se utilizó como base para el modelo,
así como del mapa de ruido obtenido de la simulación efectuada para cada uno de los
periodos.
Para calificar los niveles sonoros presentes en los mapas de ruido se tomó como referencia
al Cuadro III, que corresponde a la percepción subjetiva de niveles sonoros, de acuerdo al análisis
que se hizo para el Primer Mapa de Ruido de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Cuadro III
Tipo de ambiente
|
Niveles sonoros
|
Descripción
|
Aceptable
<45
45-50
50-55
|
< 55 dBA
|
Prevalecen los sonidos naturales que se comparten con sonidos de juego y
esparcimiento, sonidos musicales ambientales o tradicionales .
Ausencia de sonidos de origen mecánico y tecnológico
|
Tolerable
55-60
60-65
|
55 - 65 dBA
|
Actividades cotidianas con niveles sonoros bajos.
Vialidades de baja intensidad y sonidos eventuales molestos de origen vehicular o
mecánico.
|
Molesto
65-60
70-75
|
65 - 75 dBA
|
Ambientes sonoros de transición.
Vialidades con una densidad de tráfico vehicular considerable.
Presencia de publicidad comercial sonora, bullicios eventuales y sonidos mecánicos
y tecnológicos.
Interferencia en el ánimo y en las actividades cotidianas de las personas.
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Inaceptable
>75
|
> 75 dBA
|
Espacios donde existe una cantidad importante de vialidades con una densidad alta
de tráfico vehicular.
Zonas industriales con ruidos propios y presencia de vehículos pesados y ferrocarriles .
Zonas de aglomeración en estaciones y terminales de transporte.
Zonas comerciales informales. Sitios de construcción.
El ambiente puede ocasionar daño físico y psicológico.
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Analisis cartógrafico de cinco éspocas
899 y el todavía municipio
En el mapa de 1899 (Figura 14) se muestra la traza del centro de Azcapotzalco con las vialidades que conectaban
con Tacuba, hoy conocidas como la Av. Centenario y la Av. Azcapotzalco, y la vía del
tranvía que hoy es parte de la Av. Aquiles Serdán, que conectaba con el centro de
Tlalnepantla. En el caso de las vías del tren modeladas corresponden con la actual
calle Ferrocarriles Nacionales y la Av. Ceylán, cuyas vías atravesaban de Tlalnepantla
hacia la actual Delegación Cuauhtémoc. En la Figura 13 se muestra una vista aérea en 1905 del Centro de Azcapotzalco desde donde se puede
observar la configuración urbana existente en la época.
Figura 13

Figura 14
Plano adaptado de la Carta corográfica del Distrito Federal de 1899. 10

En el mapa de ruido de la misma fecha (Figura 15) se
muestra que el ruido generado por las vialidades se concentra al paso de las
mismas. Los espacios abiertos permiten que el sonido se disperse, no así en el
centro, en donde las construcciones hacen que el sonido permanezca dentro de
las
calles e interactúe con ellas. El rango de niveles sonoros que predominan en
el
mapa de ruido es menor a los 55 dBA, lo cual corresponde a niveles sonoros
aceptables. Se puede inferir que en este periodo en general, la delegación tuvo
pocos problemas de ruido a excepción de las vialidades principales cuando
estaban siendo transitadas por los vehículos, siendo lo más probable que no
fuera motivo de molestia entre la población, sino una característica importante
dentro del ambiente que se vivía en aquel tiempo.
Figura 15
Mapa de ruido de 1899 de la delegación Azcapotzalco.

1929 y el andar como delegación
Para el año de 1929, año en que Azcapotzalco adquirió la categoría de delegación,
se conservaban las mismas características en la mayor parte de su traza; en este momento
las haciendas y ranchos todavía no se fraccionaban, así que la traza nueva para este
año se extendió desde el centro de la ciudad hasta el centro de Azcapotzalco, creándose
las colonias Barrio de Nextengo, Ángel Zimbrón, Clavería y San Álvaro (Figura 16).
Figura 16
Plano adaptado del Plano del Distrito Federal hecho por la Dirección del Catastro
en 1929. 11

Las vialidades principales son, además de las que existían en 1899, nuevos caminos
del centro de Azcapotzalco con la actual delegación Gustavo A. Madero y con otros
barrios y pueblos como San Juan Tlihuaca, Santa Bárbara y Naucalpan.
El mapa de ruido (Figura 17) muestra que estos caminos secundarios tienen poco impacto en la propagación del
sonido y en el caso de las vialidades principales, al igual que en el mapa de 1899
los volúmenes vehiculares no representan un problema para los niveles de ruido generales
dentro de la delegación, conservándose un ambiente de tranquilidad en la mayoría de
las zonas.
Figura 17
Mapa de ruido de 1929 de la delegación Azcapotzalco.

1942 y su ingreso sólido como espacio industrial
En el año de 1942 (Figura 18) la expansión al sur de la
delegación fue notoria, la traza urbana que se desarrolló en colonias como la
Nueva Santa María y Clavería en su parte oriente, fue planificada con una traza
más abierta y con amplios camellones, en respuesta a la demanda de vivienda de
la clase media. La fuerte presencia de industria y comercio para estas fechas
impulsó el desarrollo habitacional para la población de menores recursos,
generando con esto que para finales de esta década la densidad de población en
el centro de Azcapotzalco creciera significativamente. Con esta situación se
presenta también la construcción de nuevos caminos que conectaban estas
colonias; sin embargo, el poco flujo vehicular no era todavía un agravante en
materia de ruido.
Figura 18
Plano adaptado del Plano de la ciudad de México (Departamento del Distrito Federal)
en 1942. 12

En el mapa de ruido (Figura 19) se muestra que los niveles sonoros sobre vialidades principales aumentaron principalmente
por el uso de los automóviles particulares y el incremento en el número de los tranvías
y los camiones. Los niveles sonoros menores a 45 dBA van desapareciendo para ser reemplazados
por los niveles dentro de un rango de los 50 a 60 dBA, los cuales corresponden a niveles
que van de aceptables y tolerables.
Figura 19
Mapa de ruido de 1942 de la delegación Azcapotzalco.

1973 con la crisis de la ciudad
La traza que se muestra en la cartografía de 1973 (Figura
20) es ejemplo de la expansión de la ciudad hacia la delegación
Azcapotzalco. A pesar de encontrarse toda la parte sur urbanizada para esta
fecha, la parte noroeste se mantenía con actividades agropecuarias con la
presencia de la Hacienda de Careaga-Rosario. Los terrenos alrededor de la
hacienda fueron fraccionados, poblándose rápidamente a raíz del impulso a los
primeros conjuntos habitacionales y las instalaciones comerciales, educa- tivas,
deportivas, hospitalarias y de recreación (Connolly, 2010).
Figura 20
Plano adaptado del Plano de la ciudad de catastral en 1973. 13

En el mapa de ruido de este periodo (Figura 21)se muestra con más claridad cómo la traza se concentraba en la parte sur de la delegación,
quedando al norte un espacio abierto en la Hacienda del Rosario al noroeste y al noreste
la estación de trenes Pantaco. El desarrollo de todas las colonias nuevas generó que
se abrieran o se ampliaran las vialidades para el tránsito de automóviles y transporte
público.
Figura 21
Mapa de ruido de 1973 de la delegación Azcapotzalco.

En comparación con los mapas de ruido mostrados hasta el momento, este presenta que
los niveles sonoros se extienden hacia más áreas, quedando enmascaradas las áreas
de niveles sonoros bajos. En general se observa que el rango de niveles que predomina
en el mapa va de los 50 dBA a los 65 dBA en áreas adyacentes a las vialidades y sobre
ellas se observa que los niveles sonoros llegan a ser hasta de 75 dBA, siendo estos
niveles entre molestos o inaceptables.
El incremento en el uso de vehículos pesados, debido a la existencia de zonas industriales,
contribuyó a que los niveles sonoros sobre las vialidades principales aumentaran
y de esta forma afectaran las áreas aledañas.
2010 y el recambio de actividades
Para el año 2010 Azcapotzalco alcanzó una población de 414,711 habitantes en su territorio,
con una densidad de población de 12,379.4 habitantes por kilómetro cuadrado (INEGI,
2010).
Siendo una delegación que conecta el norte de la Zona Metropolitana del Valle de México
con el centro de la ciudad, tiene vialidades principales y secundarias con un importante
aforo vehicular. La traza de las nuevas colonias alrededor de los pueblos y barrios
que se fueron formando desde 1940, hacen que las vialidades al interior de las colonias
tengan una traza irregular, no permiten una fácil permeabilidad entre colonias y es
por esto que las vialidades principales y ejes viales tienen una sobrecarga en su
uso (Gaceta, 2008).
Al momento la delegación tiene 2 vialidades de acceso controlado: Aquiles Serdán-Parque
Vía y
el Circuito Interior; 17 vialidades principales incluyendo cuatro ejes viales:
Calzada las Armas, Av. de las Culturas, Calzada San Isidro (Eje 3 Norte), Av.
5
Mayo, Av. Tezozómoc, Poniente 140 (Eje 5 Norte), Av. del Rosario, Av.
Azcapotzalco-La Villa (Eje 4 Norte), Calzada Camarones, Av. Heliópolis, Av. de
las Granjas, Av. Cuitláhuac, Av. Salónica, Eulalia Guzmán (Eje 2 Norte) y
Calzada Vallejo, y 8 vialidades secundarias: Av. Jardín, Norte 45, Camino a
Santa Lucía, Camino a Nextengo, Santa Apolonia, Av. Rafael Alducín, Avenida
Puente de Guerra y Av. 22 de Febrero. En el plano actual de la delegación (Figura 22) se pueden observar estas
vialidades, estando la mayoría integradas al modelo del mapa de ruido.
Figura 22
Delegación Azcapotzalco.14

La gran movilidad dentro de la delegación también se debe a los muchos servicios e
infraestructura que en ella existen, como los centros comerciales, hospitales,
escuelas y universidades, espacios de esparcimiento, estaciones del metro,
parques, entre otros, siendo el uso de suelo industrial aproximadamente el 21%
del área total de la delegación Azcapotzalco y espacio de trabajo para muchos
de
los habitantes de toda la Zona Metropolitana ( Gaceta , 2008).
En el mapa de ruido (Figura 23) se observa que las áreas que tienen menos de 50 dBA son casi nulas, no así en el
caso de las áreas que van de los 60 a 70 dBA y en todas las ocasiones sobre las vialidades
modeladas superando los 75 dBA. Estos niveles tan elevados se deben a los grandes
aforos vehiculares y en gran medida al porcentaje de transporte pesado, el cual llega
a ser de hasta el 20% del aforo total en una hora sobre algunas vialidades, debido
al alto número de industrias dentro de la delegación. El mapa de ruido, en general,
muestra un rango de niveles sonoros que van de 60 a 75 dBA, lo cual corresponde con
niveles sonoros que van de tolerables a molestos en su mayoría y junto a las vialidades
principales inaceptables.
Figura 23
Mapa de ruido de 2010 de la delegación Azcapotzalco.

El posible impacto de ruido ambiental
Se ha realizado un análisis comparativo en el que se muestran tanto la evolución urbana
como el posible impacto de la misma en mapas de ruido correspondientes a cinco épocas
de Azcapotzalco.
Del análisis de los mapas de ruido en los distintos periodos, se obtuvieron las áreas
de ruido por cada uno de ellos; de esta forma, se pueden ver gráficamente los porcentajes
de los niveles sonoros de cada mapa.
En la figura 24 se muestran las gráficas de los porcentajes de áreas de ruido y se observa que la
distribución de estos porcentajes se fue igua- lando a través del tiempo. En el año
1899 el porcentaje de área con niveles sonoros molestos e inaceptables, es decir mayores
a 65 dBA, era cercano al 1%; en el año 1929 se acercó a un 3%; para el año 1942 las
áreas de ruido molestas e inaceptables permanecieron con el mismo porcentaje, habiendo
solo una mínima variación en los niveles sonoros en el rango de 50 a 65 dBA del 33%
al 35%, lo que quiere decir que hubo un pequeño crecimiento en el área con niveles
de ruido que todavía están dentro del rango de aceptable y tolerable.
Figura 24
Gráficas comparativas de porcentajes de áreas de ruido en la delegación Azcapotzalco.

Para el año 1973 las áreas con niveles molestos e inaceptables (mayores a 65 dBA)
crecieron al 5%, siendo el mayor crecimiento en este mapa el de las áreas con niveles
sonoros de entre 50 a 65 dBA, que suman el 56% en comparación con el 35% anterior.
En la gráfica que corresponde al mapa de ruido del 2010, se observa que la distribución
entre
los niveles de ruido es más uniforme. Las áreas con niveles de ruido menores
a
45 dBA corresponden solamente al 8%. En el caso del área con niveles de ruido
de
entre 50 a 65 dBA se incrementó del 56% en 1973 a un 73% en el 2010; estos
niveles sonoros todavía están dentro del rango de lo tolerable y nos referimos
a
espacios abiertos que se encuentran junto a vialidades de baja intensidad en
donde se escuchan las actividades cotidianas, sin que estas predominen en el
paisaje sonoro. En el caso de las áreas de ruido con niveles mayores a los 65
dBA, el porcentaje creció de un 5% a un 19%; esto significa que casi el 20% de
la delegación se encuentra con niveles de ruido molesto e inaceptable
actualmente.
Si en este último mapa solamente contamos el área de exposición mayor a 70 dBA, obtenemos
un 9%, lo que quiere decir que la población que se encuentra constantemente en estas
áreas tendrá posiblemente un daño físico, como la pérdida auditiva; o psicológico,
como el estrés generado por ruido, entre otras afecciones que se desarrollan con el
tiempo y que pueden llegar a convertirse en grandes problemas de salud.
En un estudio realizado previamente de la población afectada por ruido en Azcapotzalco,
para el mismo periodo del 2010 se concluyó que casi el 6% de la población en la delegación
estaba potencialmente expuesta a más de 70 dBA, esto es: 24,611 habitantes que se
encuentran en una situación en donde el ruido forma parte de su vida cotidiana (Rodríguez, et al., 2013).
También se realizó una comparativa entre los porcentajes de áreas de ruido en los
periodos seleccionados. En la figura 25 se observa que para las primeras cuatro épocas la tenden - cia fue que la mayor parte
de las áreas de ruido se encontraban dentro de los niveles aceptables, siendo en la
época de 1973 donde se presenta una variación notable de incremento en los niveles
del rango de 50 a 60 dBA. En el caso del mapa de 2010 las áreas de ruido con niveles
aceptables disminuyen significativamente y aumentan las áreas de ruido en los niveles
tolerables, molestos e inaceptables. Obsérvese la línea continua que representa esa
época.
Figura 25
Comparación de porcentaje de áreas de ruido en la delegación Azcapotzalco

Esta gráfica (Figura 25) muestra claramente la forma en que el ruido ambiental proveniente del tráfico vehicular
impacta hoy más que ninguna otra época a la población de la Delegación Azcapotzalco;
las causas son: el incremento del tráfico vehicular pesado y las pocas vías rápidas
para el desalojo del mismo, haciendo que este se introduzca a la red vial primaria
y secundaria de la delegación, con el consiguiente efecto en la congestión del tráfico
vehicular mismo y su impacto en el ruido ambiental. Si observamos la traza urbana
del centro de la delegación, nos damos cuenta que esta no se ha modificado, pero el
tipo de vehículos que circulan por ella, son muy distintos a los que originalmente
circulaban a principios y mediados del siglo XX.
Conclusiones
El cambio de uso agrícola a industrial en la ahora delegación ha contribuido al incremento
del tráfico vehicular y por lo tanto del ruido ambiental, ya que este aspecto demanda
el uso de vehículos pesados y del ferrocarril de carga. Por otro lado, la expansión
urbana que ha sufrido la delegación, donde los usos del suelo han ido cambiando de
agrícola e industrial a servicios, e inclusive a vivienda, han generado áreas de mayor
exposición al ruido por la presencia de nuevas vialidades y saturación de las existentes
en otros casos. Hay que recordar que las áreas urbanizadas con la existencia de superficies
horizontales “duras” y paramentos verticales elevados generan cañones de ruido urbano
que provocan el aumento de los niveles sonoros.
Finalmente es importante referirse al con- cepto de calidad sonora y esto tiene que
ver con lo que la población percibía en las distintas épocas analizadas. A finales
del siglo XIX y principios del siglo XX, antes de 1903, que fue cuando llegaron los
primeros automóviles a México, transitaban vehículos que no eran motorizados, sino
construidos a base de piezas mecánicas y muchas veces impulsados por tracción animal
o humana, los cuales emitían sonidos que hoy son totalmente tolerables, pero que probablemente
por la sensibilidad mayor en la época fueran molestos para entonces. Por ejemplo,
el sonido característico de una carreta o los cascos de los caballos sobre el empedrado
generaban sonidos que estando cercanos a ellos podrían molestar, pero al no ser sonido
continuo sino intermitente esto podría considerarse como “música” que generaba distintos
“ritmos y melodias”.
Enladécadade 1920 y 1930 elparque vehicular se transformó y las vialidades se construyeron
pavimentadas, lo cual modificó drásticamente la calidad del sonido que emitían tales
fuentes sonoras rodando sobre ese tipo de superficies. Estos sonidos ya no eran tan
“musicales”, puesto que se combinaba el sonido de los motores proveniente de los escapes
de los automóviles y los camiones, con el rodamiento de los neumáticos sobre el pavimento.
Esta situación se fue incrementando en los años subsecuentes hasta nuestros días,
donde definitivamente los sonidos provenientes del transporte público dejaron de ser
“música” para convertirse en una molestia para la población.
En el caso de los ferrocarriles, al principio las locomotoras se impulsaban por la
fuerza del vapor y más adelante por motores a diesel; el rodamiento entre elementos
metálicos ha existido desde los inicios de este medio de transporte y siempre ha sido
un elemento generador de ruido; lo que se ha transformado con el tiempo son los sistemas
de rodamiento, que han incluido mayor amortiguamiento entre elementos métalicos y
esto ha disminuido el ruido, por lo que la calidad del sonido ha mejorado con el tiempo,
pero no en México, que hoy adolece de un sistema de ferrocarriles. La calidad sonora
en la tecnología de los ferrocarriles era mucho más molesta a prin cipios del siglo
XX, lo que hubiera impactado más era que los ferrocarriles transitaran continuamente
como medio de transporte, situación que nunca ha sido en Azcapotzalco.
El proceso de la industrialización en la delegación Azcapotzalco además de impactar
en la generación de ruido por el incremento en la movilidad de vehículos pesados,
el uso intensivo del ferrocarril a nivel industrial por la existencia de la terminal
de Pantaco como centro de carga y la Zona Industrial Vallejo, donde se crearon diversas
fábricas y talleres además de bodegas y almacenes, también lo hacia mediante la emisión
de ruido proveniente de la industria misma, y dependiendo del tipo de industria o
taller el ruido era percibido hacia el exterior, donde las que más impacto debieron
tener en el entorno fueron las relacionadas con la industria metalmecánica, por su
naturaleza, así como aquellas que empleaban el equipo y la maquinaria expuesta al
exterior.
El problema debió existir en el momento en que el ruido industrial se involucraba
con áreas sensibles como las de vivienda. Para conocer el impacto que el ruido industrial
tuvo en el área de Azcapotzalco será necesario desarrollar un estudio de mayor profundidad,
debido a la necesidad de recolectar datos que permitan una aproximación al ruido ambiental
que se generaba. La existencia de áreas industriales específicas en Azcapotzalco hacía
al mismo tiempo que el ruido que de ellas emanaba fuera localizado, a diferencia del
ruido por tráfico vehicular, presente en toda la delegación.
La situación de que a nivel mundial el ruido sea considerado ya como un factor que
incide en
la salud de la población y que afecta la calidad de vida de las personas, y de
que
mediante este estudio se revele que el ruido se ha ido haciendo presente cada
vez de
forma más notoria, nos hace reflexionar acerca de la necesidad de generar politicas
públicas encaminadas a proteger la salud y mejorar el bienestar social de la
población de la delegación Azcapotzalco. Transitar por las calles y las avenidas
de
Azcapotzalco a principios del siglo XX no significaba una molestia desde el punto
de
vista del ruido ambiental; el ruido proveniente del tráfico vehicular era de cierta
forma “cultural”; hoy en día, transitar por las calles y avenidas de la delegación
Azcapotzalco significa estar sometido al problema del ruido ambiental proveniente
del tráfico vehicular, que puede molestar e inclusive dañar a la población, donde
el
generador de esta problemática parece ser el crecimiento urbano no planeado,
situación que hemos podido observar a través del análisis de los cinco mapas de
ruido aquí presentados.